La ocasión mas loca que tuve con
el, fue la primera vez, aun no lo
conocía pero ya sabia que por algún lugar de esa plaza estaba el, escondido
quizás, pero su otra parte (su amiga)
portaba una cámara, Emilio y yo
paseábamos al son de una balada de esas de aquel verano, no recuerdo cual era
pero si esta en mi mente la flor que la amiga de el llevaba en el pelo.
Después de que ella viniera y pidiera una foto que saco mas rápido que
ligero, avanzamos un poco hacia la esquina cerca del tablón, buscamos por lado
y lado y no fue posible encontrar sobre
la gente a la lolita adolescente, se había ido desvanecido y quizás no se, nada sabia yo en ese momento.
Al paso de los días olvide aquella
circunstancia en la plaza, y la vida seguía con su sabor a yupi entre
elástico y celeste, sabor a frutilla,
unos días mas y un día menos me hacían
recorrer sobre la sensación que la gratitud ya no vendría mas para mi.
Quisiera recordar la fecha, la hora y el minuto, de aquel día en que sucedió, pero solo recuerdo lo extraño y
naturalmente simpático que acompaño la ocasión.
Frente a ese monitor extrañaba un sin fin de situaciones, en eso el
sonido de la mensajería me llamaba para que le preste atención.
Recuerdo una y cada una de la palabras que escribimos en viceversa, fue
grato y explicito hablar con el ese día, pero solo fue eso, un momento llenos
de magia que me hacia comprender que podemos formar parte no solo de lo que
creemos sino también de lo que no conocemos.-
F.V.-
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